jueves, 26 de mayo de 2011

Benchmarking. Parte I.

Éste método es una comparación sistemática entre los procesos y desempeño organizacionales con el fin de crear nuevos estándares de trabajo y mejorar procesos, tácticas y estrategias según sea el caso. El benchmarking es usado en muchas organizaciones hoy en día. Por desgracia algunos gerentes asumen que una presentación en Power Point con un “copy-paste” de lo que encuentran en la página de Internet de su principal competidor, cuando no es así. Un buen benchmarking va más allá y puede ser un estudio realmente complejo.

Éste tipo de análisis se clasifica en cuatro formas dependiendo de su objeto de estudio y alcance:
  • Interno: Es el benchmarking que mira hacia adentro de la organización. Por ejemplo entre unidades de negocio, departamentos, gerencias, etc.
  • Competitivo: Aquel que compara operaciones y desempeño entre competidores directos.
  • Funcional: Es aquel benchmarking que estudia procesos similares en un rango mayor de la industria.
  • Genérico: En éste se comparan operaciones entre industrias que no tienen relación, por ejemplo hay casos dónde bancos o líneas aéreas han estudiado cómo mejorar sus niveles de servicio estudiando hospitales de clase mundial.
Sea cual sea el tipo de benchmarking que deseemos desarrollar, éste puede dejarnos buenos dividendos el proveernos de ideas y descubrimientos importantes sobre las debilidades y fortalezas de la organización, así como destacar áreas de oportunidad, normas, etc.

Existen muchas formas de realizar un benchmarking, así cómo libros que hablan de ello. Las principales variaciones en los elementos básicos de la metodología son resultado de incluir o no características situacionales que cuenten cómo diferencias entre las organizaciones, análisis predictivos de que lo sucederá en la industria o temas prácticos entre las empresas.

A grandes rasgos un benchmarking comienza con los siguientes pasos:
Determinar los puntos que se desarrollarán.
  1. Elegir a los objetos de estudio.
  2. Determinar los indicadores de medición y comparación, así cómo los métodos de recolección de datos que deberán ser homogéneos en el proceso de estudio.
  3. Recolectar los datos.
  4. Analizar las discrepancias, leer entre líneas los datos entre todo el cúmulo de números.
  5. Presentar el análisis y discutir las implicaciones en términos de nuevos objetivos.
  6. Hacer un plan de acción o de procedimientos.
  7. Monitorear el progreso y realizar un benchmarking de seguimiento.

La primera pregunta que deberemos hacernos es; ¿Para qué queremos un benchmarking? ¿Qué es lo que queremos alcanzar con este tipo de proyectos? Hay que tener en mente que existe una diferencia entre intenciones y acciones. El propósito de la investigación podría ser la respuesta a estas preguntas:
    • ¿Qué tan buenos somos en lo que hacemos?
    • ¿Somos tan buenos como los competidores en lo que hacemos?
    • ¿Cómo podemos hacer las cosas mejor?

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